TEMPORADA 1954
El regreso de las “flechas de plata”
1954 se presentaba tremendamente emocionante por diferentes causas. Esta temporada retornaban las especificaciones de Fórmula 1, tras dos años en los que por la escasez de pilotos el Campeonato del Mundo se disputaba bajo la reglamentación de la Fórmula 2. Asimismo esta temporada retornaban a la competición las “flechas de plata” de Mercedes tras quince años alejados de la categoría reina. Tras su triunfo en 1952 en pruebas míticas como la Carrera Panamericana o las 24 Horas de Le Mans por parte de los 300 SL, se presagiaba un prometedor retorno que se plasmó en la temporada de 1954. Los Mercedes-Benz W196s de Fangio, Kling y Herrmann con los que la escudería germana no debutaron hasta el Gran Premio galo, cuarta prueba de una temporada de nueve, pero cuando lo hicieron fue con un histórico doblete.
el estreno de la italiana Lancia, acompañaba a la marca germana, para convertirse en otra de las grandes escuderías en el mundo de la competición.
el vigente campeón Alberto Ascari, poco antes del inicio de la temporada, anunciaba que dejaba a la Scuderia Ferrari para fichar por Lancia, lo que le llevó a pasarse toda la temporada sin puntuar, ya que Lancia no tendrá listo el D50 hasta la última prueba del calendario en Pedralbes, por lo que mientras hubo de conformarse con los “250F” de Maserati.
La nueva reglamentación con sus restricciones permitían ahora el uso de propulsores aspirados de hasta 2500 cc o sobrealimentados de hasta 750 cc, por lo que las escuderías tuvieron que trabajar duro para reconvertir los ya obsoletos Fórmula 2 o todo aquel material al que tuvieran acceso.
Todo ello llevó a la Scuderia Ferrari a comenzar la campaña con el “625”, para en Bélgica utilizar el “553” evolución directa del 553 F2 que obtuviera el campeonato pilotado por Alberto Ascari, para pasar posteriormente al “625” nuevamente, en pruebas como la británica. No obstante al margen del volumen de combustible, las diferencias respecto a su predecesor eran anecdóticas y por ello durante la temporada se compaginaron las distintas versiones salidas de la factoría de Maranello.
La Officine Alfieri Maserati por su parte aspiraba a dar un paso adelante con su “250F” y poner las cosas difíciles a sus compatriotas, pero realmente no auguraban un debut tan arrasador de las flechas de plata como el que realmente se produjo.
Los ingenieros de la estrella de las tres puntas utilizaron el galardonado Mercedes 300 SL (W194) como banco de pruebas para el undécimo chasis bautizado como “Prototipo 11”. Éste fue el precursor del 300SL “Gulwing” (W198).
Aun con todo lo realmente innovador fueron las técnicas y estrategias desarrolladas desde los boxes por la escudería germana por su director deportivo, Alfred Neubauer, que optó por asignar un equipo de mecánicos para cada piloto, así como utilizar un lenguaje de códigos propio con los ingenieros, lo que permitía informar a los pilotos sobre la velocidad o la distancia que les separaba de sus adversarios. Neubauer fue, asimismo el primero en experimentar reiteradamente las paradas en boxes. Asimismo Alfred fue una especie de psicólogo, confesor, y padre amantísimo de todos “sus” pilotos.
El piloto bonaerense Juan Manuel Fangio primero con la Officine Alfieri Maserati y su Maserati 250F - Maserati L6, y finalmente con la Daimler-Benz y su Mercedes W196 - Mercedes L8 se proclamó de forma arrolladora campeón del Mundo la temporda de 1954 en el trazado helvético de Bremgarten, dos pruebas antes de finalizar el campeonato. Los trofeos fueron a parar a manos del piloto argentino uno tras otro, y los pódiums de Buenos Aires, Spa Francorchamps, Reims-Gueux, Nürburgring y el aut´dromo de Monza siempre le vieron en lo más alto.
La segunda plaza fue a parar a manos de su compatriota José Froilán González, que con su Ferrari 625 había vencido nuevamente en Silverstone.
La victoria del barcelonés circuito de Pedralbes, con un Ferrari 553, dió al británico John Michael Hawthorn la tercera plaza del campeonato.