TEMPORADA 1956
La tragedia de las 24 horas de Le Mans la pasada temporada se convirtió en el detonante para el abandono de la competición de las flechas plateadas de Mercedes, así como el accidente de Alberto Ascari, que le costó la vida esa misma temporada, hizo lo propio para que la Scuderia Lancia adoptase idéntica decisión.
Por su parte los planes del tricampeón del Mundo, el argentino Juan Manuel Fangio, eran también los de poner punto final a su carrera deportiva al término de la presente campaña, a fin de dedicarse en Buenos Aires al negocio de los automóviles. Pero la República Argentina vive e encuentra inmersa en la revolución libertadora de finales del 55, que lleva a derrocar al gobierno del general Juan Domingo Perón, por lo que la convulsa evolución de los acontecimientos políticos le lleva a replantearse su decisión, por lo que decide proseguir en el mundo de la competición.
El maestro opta por la Scuderia Ferrari y sus D50 que había adquirido de la extinta Scuderia Lancia.
Los monoplazas de Maranello volvían a ser los favoritos, por encima de los nuevos equipos británicos Vanwall y BRM, que retornaba.
La escuadra Ferrari contaba como pilotos con el español Alfonso de Portago, el británico Peter Collins, los italianos Eugenio Castellotti y Luigi Musso, y como no, con Juan Manuel Fangio. Stirling Moss retornaba a la Officine Alfieri Maserati, la otra favorita, lo que hacía presagiar un reñido duelo entre los dos ex pilotos de Mercedes que la pasada temporada habían protagonizado los lances deportivos más intensos.
El bonaerense Juan Manuel Fangio con la Scuderia Ferrari pilotando un Ferrari - D50 Ferrari V8 se proclamó Campeón del Mundo de Pilotos en el XXVIIº Gran Premio d'Italia, un lluvioso 2 de septiembre de 1956 el Autodromo Nazionale di Monza, circuito permanente de Milán, en el último Gran Premio de la Temporada 1956.
Juan Manuel superó en tres puntos al segundo clasificado, el británico Sir Stirling Crawford Moss, con su Maserati 250F - Maserati L6 oficial.
El argentino venció en Silverstone y Nürburgring, por contra el británico hizo lo propio en el Principado de Monaco y el Autodromo Nazionale di Monza.
Las victorias en los trazados de Spa-Francorchamps y del Circuit de Reims-Gueux otorgaron la tercera plaza a otro piloto de la Scuderia Ferrari, el inglés Peter John Collins. Este resultado quizás no hace justicia a los hechos ocurridos, ya que sólo lagenerosidad del piloto británico alceder su Ferrari D50 a Juan Manuel Fangio en el autódromo milanes, última prueba del campeonato, permitieron al argentino hacerse con el preciado galardón en detrimento de las nítidas opcines con las que contaba Peter para ser el Campeón esa temporada. Pero como dijo este brillante deportista "ya vendrán nuevas ocasiones". Dicha circunstancia no se llegó a producir, ya que su triste marcha en Nürburgring en 1958 lo impidió.