XLVIIº Gran Premio d'Italia
El sueco Bengt Ronald Peterson piloto de la escudería británica March Engineering a los mandos de un March 761 - Ford Cosworth DFV V8 fue el vencedor del XLVIIº Gran Premio d'Italia, un inestable 12 de septiembre de 1976 en el trazado del Autodromo Nazionale di Monza, circuito permanente de Milán (52 vueltas x 5,8 kms = 301,6 kms), tras partir desde la octava plaza de la parrilla de salida, tras Laffite, Scheckter, Pace, Depailler, Lauda, Stuck y Reutemann. Esta fue la octava victoria de Ronnie.
Primera pole position del piloto galo Jacques Laffite.
100º Gran Premio de Jacky Ickx.
Tercera y última victoria de March.
Primera pole position de la escudería Ligier.
En el autódromo de Monza, unos dos años antes del fatal accidente que le costaría la vida, el sueco Ronnie Peterson triunfaba por tercera vez en el Gran Premio transalpino.
En esta ocasión al volante de un March 761 propulsado por un motor Ford Cosworth.
El piloto nórdico superaba al helvético Gianclaudio Regazzoni, al galo Jacques Laffite y ...
... al austriaco Niki Lauda, que retornaba en esta ocasión, menos de un mes y medio después del terrible accidente que casi le costará la vida en el infierno verde de Nürburgring.
En el séptimo puesto se clasificó el argentino Carlos Reutemann, con un Ferrari 312T2, iniciando su complicado relación con la Scuderia, y sus dos nuevos y poco hospitalarios compañeros, que consideraban, no sin cierta razón, que en el equipo rojo no se encontraba sus sitio.
En el “templo de la velocidad”, mostrándose como un especialista de la velocidad, el sueco Ronnie Peterson había vencido en el autódromo en las ediciones de 1973 y 1974, a los mandos del mítico Lotus 72.
Ronnie, que partió desde la octava plaza de la parrilla de salída, con su March - Ford Cosworth fue también el autor de la vuelta rápida al rodar en 1 minuto 41 segundos 3 décimas, en el 50º giro, a un promedio de 206,12 kmh, cuando contenía los envites del Ferrari del piloto hevético Clay Regazzoni.
El retorno de Niki Lauda
Apenas seis semanas después del dramático accidente de Nürburgring que casi le cuesta la vida, Niki retorna en Monza y vuelve a sentarse en su Ferrari 312 T2.
Tras unas treinta pruebas de conducción en Fiorano, los médicos lo consideraron apto para correr. Este prematuro regreso suscita, por partes iguales, admiración y malestar en el paddock.
Con la cabeza cubierta de apósitos, Niki todavía sufre en sus cejas y de sus orejas, cuyos cartílagos están en carne viva.
Su casco tuvo que acolcharse a fin de evitarle insoportables sufrimientos.
A un periodista inoportuno que le pregunta si su cara dañada no le impide correr, Niki responde con sentido común que sólo necesita su pie derecho para conducir.
Muchos pilotos rindieron homenaje a su valentía, entre ellos Jackie Stewart, que lo consideró “extraordinario”.
En la Scuderia están perplejos por el retorno de Niki.
El Commendatore no oculta que habría preferido que su piloto siguiera convaleciente, para que así su derrota en el campeonato fuera mas honorable.
Nadie imagina entiende que James Hunt no se convirtiera en campeón del mundo. Además, Enzo ya contrató al Señor Reutemann, como se refiere a él Niki, para reemplazarlo. Al no poder desprenderse del argentino, la Scuderia inscribió para esta ocasión tres monoplazas. Todas sus esperanzas se centran en Clay Regazzoni, dos veces vencedor en el autódromo milanés, en 1970 y 1975.
Pero la llegada de Reutemann supone un nuevo golpe para Lauda, al que no le gusta nada: “Un tipo imposible, frío como un cubo de hielo. . Nunca pudimos picotearnos..."
Este no fue precisamente un gran día para los pilotos de la escudería británica Marlboro Team McLaren, James Hunt y Jochen Mass, ya que el germano abandonaba en el segundo giro con problemas de encendido. Nueve vueltas más tarde el inglés realizaba un trompo que le forzaba a retirarse.
La jornada había sido el avance de lo que sucedería el domingo al haberse calificado en las últimas posiciones James 24º y Jochen 25º. Sólo el registro realizado por el irlandés John Watson fue mas lento.
Los tiempos de Hunt (1 minuto 42 segundos 3 décimas), Mass (1 minuto 42 segundos 7 décimas) y Watson (1' 42,47''), realizados el sábado, fueron desestimados por ser su gasolina no conforme con el reglamento.
Los tiempos que se validaron fuero los realizados el viernes bajo la lluvia. Inicialmente no calificados los tres aprovecharon el accidente de Guy Edwards, y el hecho de que Arturo Merzario y Otto Stuppacher ya habían dejado Monza, al ignorar que estaban calificados.
El austriaco Otto Stuppacher había realizado un intento para obtener una plaza en la parrilla del gran premio de su país sin éxito.
No obstante volvió a intentarlo y tendria una oportunidad con un Tyrrel 007 - Ford Cosworth del OASC Racing Team dos grandes premios más tarde, aquí en Monza, donde el más rápido en las sesiones de calificación fue el francés Jacques Laffite (1 minuto 41 segundos 35 centésimas, a 206,02 kmh) y Otto Stuppacher el más lento (1 minuto 55 segundos 22 centésimas).
Decepcionado por no haber podido clasificarse se embarcó en el primer vuelo con destino a Viena para regresar a su casa, pero mientras volaba tres pilotos fueron desclasificados por irregularidades en el combustible, lo que le hubiera permitido estar presente en la parrilla de salida. Pero Otto ya estaba en su casa seguramente renegando de tanta mala suerte.
Otto lo intento nuevamente en Mosport Park (Canadá), donde volvió a frustrarse nuevamente al rodar a más de doce segundos de la pole.
Su última oportunidad se presentó en Watkins Glen, en la prueba neoyorquina, pero esta vez le fue aun peor. La pole fue para James Hunt (1m 43.62s), y el último clasificado fue Brett Lunger con su Surtees - Ford Cosworth que rodó el 24º con 1m 51.37s. Con impresentables monoplazas y problemas, Arturo Merzario (Williams) y Henri Pescarolo (Surtees) rodaron en 2m 0.93s y 2m 5.21s, respectivamente...
...y el tiempo de Otto inexplicablemente fue de 2m 11.07s, a 27 segundos de la pole. Lamentablemente el infortunio del vienés no se quedó ahí, ya que hubo dos descalificados, por lo que tanto Merzario como Pescarolo pudieron alinearse en la parrilla de salida, pero Otto no. El vienés retornó a casa para nunca más subirse a un Fórmula 1...
Clay, en una de sus últimas apariciones con la Scuderia, realizó una brillante carrera yendo en todo momento de menos a más, desde la séptima plaza de la parrilla de salida, al segundo escalón del pódium.
Pódium:
- Ronnie Peterson con su March - Ford Cosworth (1h 30m 35,6s, a un promedio de 199,75 kmh).
- Clay Regazzoni con su Ferrari (a 2,3s).
- Jacques Laffite con su Ligier - Matra (a 3,0s).